«Es increíble cómo se respira fútbol ahí adentro», rememoró el lateral sanjuanino sobre aquel partido de 2011. Además tuvo un párrafo sobre su paso por las inferiores del Verdinegro: «Era central. Pero cuando me empecé a perfilar para el Nacional B, los técnicos me pusieron de lateral y me decían que yo era un proyecto para llegar a Primera».
Emmanuel Mas ya es un jugador de elite en el fútbol argentino. Fue campeón de la Copa Libertadores con San Lorenzo y subcampeón con Boca. También ganó títulos locales con el Cuervo y el Xeneize y se dio el gusto de jugar en la Selección Argentina con Lionel Messi, antes de marchar al Trabzonspor de Turquía, para después instalarse en Casa Amarilla.
“A mi primer partido (en la Bombonera) lo jugué con San Martín de San Juan, debuté ahí, fue muy loco, porque es increíble cómo se respira fútbol ahí adentro”, le dijo esta semana a las redes oficiales de Boca. Fue el domingo 11 de septiembre de 2011, cuando el Verdinegro cayó 1 a 0 con el gol de Walter Erviti, el mismo año del segundo ascenso a Primera. Ese día Mas fue titular.
En el video que el Xeneize compartió con los hinchas, el exSan Martín contó que en la cuarentena anduvo mucho a caballo y adelantó que el equipo de la Ribera “va a arrancar muy bien”. “Estamos entrenando fuerte. Todo el cuerpo técnico y nosotros (los jugadores) sabemos que no tenemos que aflojar”, aclaró.
“SE DISFRUTA MUCHÍSIMO JUGAR EN BOCA”
“Extraño todo: los compañeros, el entrenamiento, el folclore del fútbol, la gente, la Bombonera, la hinchada. Lo que más me llama la atención de la Bombonera es tener a la gente tan cerca, sentir que no paran de alentar. Se disfruta muchísimo jugar en Boca”, expresó el sanjuanino.
El lateral izquierdo tuvo también un párrafo para el Verdinegro: “Mi etapa en inferiores fue todo aprendizaje. Yo era central, no era lateral. Pero cuando me empecé a perfilar más para el Nacional B, los técnicos me pusieron de lateral y me decían que yo era un proyecto, como otros compañeros, para llegar a Primera, porque no había laterales”.
“A los chicos de inferiores les diría que sueñen mucho, que lo pueden lograr. Pero siempre con disciplina, con responsabilidad”, fue el mensaje que les dejó a quienes quieren llegar a ser jugadores profesionales.
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El día en que lo llamó Sorín
Antes de llegar a este presente, cuando hacía poco tiempo que jugaba en Primera División con San Martín, el club en el que se formó y del cual es hincha, hubo un llamado telefónico que le cambió la vida.
“CUANDO TERMINÉ DE CONVERSAR CON SORÍN, ME EMOCIONÉ, ME CAÍAN LAS LÁGRIMAS, PORQUE NO LO PODÍA CREER”
“Llaman un día de un número medio raro, no era de Argentina, y cuando atiendo me dice ‘hola, que tal, soy Juan Pablo Sorín’. Me preguntó cómo estaba en el club, qué ideas tenía. Todos eran temas profesionales, nada futbolístico. Quería saber cuánto tiempo me quedaba en el club y esas cosas”, recordó el sanjuanino en una entrevista en San Juan.
“Cuando terminé de conversar y corté el teléfono, me emocioné, me caían las lágrimas, porque no lo podía creer. Y ahí me di cuenta de lo que estaba logrando en el fútbol argentino y de lo mucho que había crecido futbolísticamente”, contó al borde de la emoción el lateral izquierdo.
Sorín es uno de los mejores 3 de la historia de la Selección. Es un referente en el puesto de Mas. Fue algo que a Emmanuel tal vez le hizo un click y lo motivó para lanzarse a los objetivos que hoy está logrando. El exVerdinegro confió que su hermano, Pablo Mas, también se emocionó cuando supo quién lo había llamado. Así empezó todo para “el Emma”.
Fanático de los Bull Terrier
“Me hice fanático de los Bull Terrier porque cerca de mi casa había un perro blanco de esa raza y siempre me llamó la atención”, dijo el futbolista. Tiene dos ejemplares de esa raza y no sólo los trasladó hasta Buenos Aires, sino que los llevó en avión a su estadía en Turquía y llamó la atención de la gente cada vez que los sacaba a pasear a una plaza.
Emmanuel también explicó: “Es como un desafío, porque me regalaron uno ya adulto y me mordió cuando tenía 14 años. Después entendí que el perro no tenía la culpa, porque lo habían entrenado para peleas. Ahí me compré uno, después pasé a dos y no estaría de más tener otros, porque me encantan”, aclaró entre risas.
Kenia y Koda son más que sus mascotas, son como amigos que lo acompañan en su carrera y en la vida. Y Emma hasta los lleva tatuados en las pantorrillas.
Las raíces futboleras
Mas habla de todo con la simpleza de un niño, pero con la madurez de un experimentado. En 2013, al hombre que creció futbolísticamente a la velocidad del viento Zonda en San Juan le empezaron a llover elogios en Buenos Aires y hasta lo empezaron comparar con laterales brasileños. Ahí fue que dio el salto. Pero muchos años antes fue niño y disfrutó de las tardes en Concepción.
“QUIERO QUE LOS CHICOS DE SAN MARTÍN SEPAN QUE CON ESFUERZO Y DEDICACIÓN SE PUEDE LLEGAR AL SUEÑO DE JUGAR EN PRIMERA”
“Tengo muy buena relación con las inferiores de San Martín, porque salí de ahí. Esto también es algo que me hace sentir cerca del club. Yo me formé, crecí ahí y quiero que los chicos sepan que con esfuerzo y dedicación se puede llegar al sueño de jugar en Primera”, aseguró el jugador que permanentemente envía pelotas, conitos y otro material de entrenamiento para los chicos que sueñan con llegar a ser como él.
Mas aclaró que siempre fue hincha “de San Martín. Desde chico era del club de la vuelta de la casa de mi abuela, además de todo lo que significaba a los cuatro años ir a entrenar ahí. Me crié con esa camiseta”.
La disciplina ante todo
Mas es un profesional que cada día se levanta cerca de las 7. Se toma varios minutos para meditar y desayuna. Su día nunca puede comenzar sin esa primera rutina. Después entrena, muchas veces, en doble turno.
Pero además, cuando jugaba en San Lorenzo, cambió de nutricionista y se empezó a cuidar todavía más con la comida. Ahí se puso un poco más a la altura de la cuidada exigencia de ese mundo de alto rendimiento. Fueron los tiempos en los que el “Patón” Edgardo Bauza lo llamó para cumplir su sueño de jugar en la Selección Argentina.
A HORAS DE HABERSE CASADO, LLAMÓ A UNO DE LOS UTILEROS VERDINEGROS Y LE PIDIÓ QUE LE ABRIERA EL ESTADIO, PORQUE QUERÍA IR A CORRER”
Después de haber ganado la Libertadores con el Cuervo, Emmanuel viajó a la provincia con quien por entonces era su novia, Lucrecia Pedrozo. El sábado 21 de diciembre de 2013 se casaron y hubo fiesta. Pero fiel a su costumbre, a las 9 del domingo, llamó a Luis Ruarte, uno de los utileros verdinegros, y le pidió que le abriera el Hilario Sánchez, porque quería “ir a correr un rato”.
Ahora parece tenerlo todo. Es padre de Valentino y Romeo. Fue campeón con San Lorenzo y con Boca. Jugó en Europa. Vistió la camiseta de la Selección y le dio pases a Messi.
El predio en donde entrenan las divisiones inferiores de San Martín, en Chimbas, se llama como él. Y todo el estadio coreó su nombre cuando entró a Concepción -el jueves 31 de enero de 2019- con la camiseta del Xeneize para enfrentar a su exequipo, al que le hizo un gol y pidió perdón.
Pero esos logros no lo nublan. Entonces demuestra que no se olvida de sus orígenes: “Cuando era niño, los otros chicos no me entendían, porque eran todos de Boca, River, Independiente, Racing y yo siempre siendo del club de San Juan”.
FUENTE: Telesol Diario/ Pablo Zama